Sueños de niña
El día se vistió con el arco iris del domingo que cada día esperaba, recostada en su cama de sueños despiertos una niña miraba las enormes paredes y el techo que separaba los sueños de sus manitas lastimadas de buscar la felicidad con sus padres, pensaba en el día que recién llegaba y que ya conocía… la ida al mercado del pueblo vecino y de ahí a casa de los compadres de sus padres que casi siempre terminaba a altas horas de la noche con peleas entre el alcohol y las sombras, el camino solitario era el mismo de sus sueños imaginados, ¿Por qué no podía ser diferente ? aunque fuese este día, ella se preguntaba al vestirse de niña para ser mamá, sus labios se abrían y cerraban probando el aire del silencio presente en sus brazos que bailaban estrujando sus sueños aun despiertos con el olor del adobe que la invitaba a suspirar por la tierra bañada de lagrimas y formando castillos que se desmoronan en las vuelcos de su asustado corazón., fue justo en ese instante donde el cielo se sacudió en sus ojos descubiertos por una mirada desconocida que atravesaba su alma, era un niño que al sorprenderle bailando se avergonzaba mas que ella misma, al verle pasar con un caminar apresurado le sonrió con un ruborizado pensamiento de coqueteo, siguiendo sus pasos lo vio perderse entre el palpitar acelerado de su corazón, la cerca de piedras que separaba el momento del conocer lo que es el amor eran palabras que se acomodaban en su vida descubriendo las flores que nacían de las piedras surcadas por suspiros que llenaban los huecos por donde se colaba el viento indiferente de la soledad. La vida respiraba en sus recuerdos haciéndole encajar sus ojos en un agujero de esperanzas, mirando hacia la verdad… sueños de niña despojados de la inocencia de sentirse en un juego de muñecas, las horas pasaron como cada domingo y la noche era testigo del penoso caminar de unos niños por sendas con aliento del maguey, chepina se cargaba por ratos a sus hermanitos que lloraban asustados por la noche sin luna y diciéndole a sus ojos arrinconados se cerraran para ver a la luna, los niños caían una y otra vez desatando la risa de chepina, -¡ levántate canijo chaparro!- le gritaba soltando la risotada intimidando al miedo de sus hermanitos, a lo lejos su madre trastabillaba embriagando al aire con insultos para su padre que enojado se había adelantado a la casa, la distancia se hacia corta para chepina que coreaba una canción, ¿que había ataviado al rostro de chepina? Al llegar a las puertas de su casa y el tener que esperar a que su padre despertara en su indulgencia y les abriese la puerta, pero chepina ahora se divertía y con la noche hacia un retablo iluminado de sueños de niña.
Fragmento del libro de mi vida
Smycke7