sábado, 2 de julio de 2011

La voz del viento



La voz del viento
El viento viajaba con su aliento flemático, despeinando a los arboles y a los campos indiferentes, el silencio era tan enorme como el pensamiento de la soledad, el viento rodaba y rodaba… su orgullo se enredaba en las copas de un enorme árbol de hule, furioso y con sus brazos atorados en las ramas del árbol del ulcuahuitl, se jalaba fuertemente y sólo rebotaba contra si, su pensamiento se estrellaba en el árbol del hule, con su ira insaciable soplo y soplo a los pies del árbol descubriéndole sus pies de goma, al tiempo que iba desnudando al árbol este se balanceaba sobre el viento, pareciera que flotaba en el en el aire, el viento le vociferaba cada vez con mas ímpetu, sus voz se repartía en miles de palabras que agujereaban al solitario árbol, de pronto el viento retrocedió despavorido al escuchar un silbido, el silencio se detenía en el aire y escuchaba el dulce silbido que subía por las ramas del árbol, los oídos entremetidos del viento perseguían al silbido, era su aliento tan cercano a la piel del árbol que nuevamente se escuchaba su respiración por los huecos de su piel, el viento desconcertado no comprendía de donde provenía ese susurro adormecedor, sus manos acariciaban al viejo árbol del hule como si quisiera preguntarle de donde provenía el silbido del silencio, con sus labios remojados con el rocío del árbol, le besaba sus heridas causadas por el, su aliento se encajaba por las heridas provocando una bella melodía, el viento emocionado respiraba en su dolor…era tanto el dolor que el árbol del hule le grito - ¡por que me lastimas!, Seria mejor que acabaras lo que has hecho, que martirizarme en vida.- los ojos del viento le miraron con infinita bondad extasiados de escuchar el canto de su dolor. – ¡es tu canto el silencio de mi voz!, que arrulla a mi existir.- en este mundo de indiferencia.- el árbol sufría el dolor de la voz del viento que viajaba en su alma destruida, sus lágrimas escurrían por su piel de plástico, como el roció que mojo al viento… sus lágrimas se hundieron en el pensamiento del viento.- ¡siento tu sufrir! como la lluvia que parte mis palabras.- ¡siento tu sentir! como las llanuras que pierden a mi voz.- perdona mi crueldad pero nunca había escuchado a mi voz existir-. Es tu entereza la que ha contenido mis palabras dándoles el alma a mi voz. El viento se fue soplando entre los arboles que amedrentados se hacían a un lado dejándole pasar, saltaba de gusto al saber que era su voz la que desgarraba al silencio hasta provocarle el dolor de las palabras, su orgullo se deslizaba por los montes recorriendo las distancias que delimitan a la razón. Sus largos pasos se tropezaron en el mar, cayendo en el fondo donde se ahogan las palabras de los mortales, en silencio caía y se hundía con su dolor de haber conocido a su voz.
Smycke7                                                        

sábado, 25 de junio de 2011

Un lobo dientón



Un lobo dientón
El frío envolvía su bello pelo y tal vez también su alma, su mirada se escondía de la luna y sus ojos se deshacían por el pensamiento del manantial, eran unos ojos que iluminaban a la negra noche, pareciera que lloraba a la enorme luna, pero sus lágrimas no eran por ella…eran por sus largos y blancos colmillos de lobo, sollozaba en sus adentros y su pena era tan grande que atrajo al aliento del viento y posándose en su largas orejas le pregunto, -¿por que lastimas a mis sentimientos?- el lobo al escuchar la voz de la nada corría atemorizado de un lado a otro sin dejar de mirar a su alrededor, la voz le preguntaba una vez mas -¿por que me lastimas?- el lobo con todo y su astucia no atinaba a ver quien le hablaba, parando sus enormes orejas escucho a la voz decirle -¡no me busques!, ¡estoy en tu aliento! ¡No me llames estoy en tu pensamiento! El lobo espantado encajaba su cola en su sometimiento, -¿quien eres y por que dices que te he lastimado? -¡soy el viento! Y todas las noches recorro las tierras de mi propiedad deteniéndome en tus miedos que son tus fauces que se tragan a la soledad-, tus aullidos no viajan en mi aliento, rozan la piel de la tierra que son mis mejillas- - perdóneme señor del viento, no pensé molestarle- -¡por que lloras hermano lobo? –Son estos dientes que me atemorizan en las noches de luna- - ¿Qué tienen tus bellos dientes? – Me incitan a morder y no quiero causar ningún daño, incluso la luna se esconde de mi- el miedo que tu posees es el mismo que yo tengo al correr y pensar en el perjuicio que pudiera causar, mas sin en cambio lo tengo que hacer y es el instinto de cada ser el que le distingue de la vida o la muerte- ¡usted cree que yo tenga que matar para comer!-yo creo que tu tienes que comer y tus dientes son los utensilios para hacerlo- - pero al hacerlo la sangre que por mis labios corre me recuerda a la vida arrancada por mi- -no debes pensar en la vida que en silencio es ofrecida a ti- - piensa en la vida que se aleja en un mar de posibilidades…el lobo enmudeció y sacudiéndose al viento corrió por la extensa noche pensando sólo en matar y arrojándose al río le sonrió a la luna con sus colmillos transparentes como su alma.
con mi amor para tian
Smycke7                   

martes, 19 de abril de 2011

Los sentimientos del destino



Los sentimientos del destino
Caminando por las calles en donde mis ojos adolescentes aprendieron a sentir la vida, regresé al viejo pueblo de donde Salí hacia muchos años, sus calles diferentes para mis pies, me envolvían en sus colores, el viento tenia un dejo de nostalgia al deslizarse por mi piel, el lugar era casi otro, estaba muy cambiado de cómo yo lo conocí, las múltiples veces en que yo visite a don Felipe, su casa era la única y estaba rodeada de arboles y arbustos ahora solo se veía lo inmutable del cemento, me decide a tocar en la casa mas cercana del rumbo conocido para mi., para mi fortuna una amable señora me oriento hacia la casa de don Felipe. El silencio de la muerte se escuchaba a distancia, era el cortejo de la esposa de mi amigo, al lado del ataúd venia el cargando los años de los recuerdos en su triste mirada, me saludo como una mirada que encuentra al destino alejado. Los sepelios son tristes y más tristes son los despojos de la vida al mirar a la muerte, recuerdo tantas aventuras que pase con el en sus innumerables viajes abordo de su camión y nunca, nunca le había visto llorar, el llanto de sus familiares inundaba los ojos de los presentes, de pronto sentí la mano de alguien tocando mi sentimiento, era don Felipe y al verlo pareciera que las lágrimas le habían despintado el rostro, -Ángel que bueno es verte, después de tantos años- -aquí me tiene don Felipe- ¡vienes solo chámaco! Tenia muchos años que nadie me decía como el… chámaco y así me conocían cuando despachaba en el expendio de petróleo, ¿y tu vida Ángel? La he dejado en un tiempo atorada a un árbol- sabes amigo mis hijos ya no son míos y mis nietos no me conocen, - ¿Cuándo se va don Felipe? – lo mas pronto que se pueda- ya nada me detiene en esta tierra.- y su vida en Chiapas ¿como es? -Parecida a la que tenia aquí chámaco- ¿quieres ir a conocer?- ahora no puedo estoy en problemas con lo de mi separación, su risa rompió el duelo de sus labios ja ja ja -estamos igual muchacho. Mi presencia ahí ya no se veía muy bien y me despedí con un abrazo de don Felipe, la casa de mis padres quedaba cerca de ahí y me encamine a visitarles, eran tantos los pensamientos que tenia pendiente que mi mirada no veía el presente, hacia ya varios años que vivía solo y solamente me dedicaba al trabajo, nunca me intereso hacer dinero aunque lo hice, la casa de mis padres era muy grande pero yo vivía en un departamento y en ocasiones mis hijos venían a acompañarme, el amor tenia mucho que se había marchado de mi vida llevándose mis brazos y mi corazón, mis padres eran un ejemplo a seguir pero yo me había vuelto rebelde al no haberles hecho caso en el rompimiento de mi matrimonio, el estar en casa me llenaba de una paz que sólo sentía al escribir, el café que mi madre preparaba era delicioso y yo lo disfrutaba enormemente aunque tenia que acompañarlo con sus reprimendas de siempre, Salí ya de noche de mi casa y si bien muchas veces me quedaba a dormir en esta ocasión quería caminar y respirar el aire de mi pueblo, sujete  mi pensamiento a mi voluntad y juntos caminamos por las calles sombrías de mi pueblo. Caminando la vi. Su rostro sonreía, pero sus labios callaban, sus ojos estaban llenos de un verde como la selva en donde alguna vez me llevo don Felipe, o era la oscuridad que trataba de salir del brillo de sus ojos o era su tristeza quien alumbraba su color…
fragmento del libro de mi vida
smycke7

Buscando a la vida


 Buscando a la vida
El olor a petróleo era para mí en un principio un aroma que cautivaba mis sentidos, la vida en el pueblo donde vivía desde hacia algunos años era muy diferente al lugar donde nací, las mañanas y tardes las pasaba atendiendo el negocio familiar, era un pequeño establecimiento en donde vendíamos el preciado combustible, la mayoría de la gente lo ocupaba para su hogar y eran pocos los que lo ocupaban para algo distinto y uno de ellos en particular, un señor muy amable que venia cada semana con un camión al pasar de regreso de su viaje me dejaba sus recipientes y casi siempre me traía algún regalo del sitio de donde había ido, tenia cerca de dos años de conocerlo y me emocionaba enormemente al escucharle relatar con detalles todos los lugares que visitaba, sus viajes le habían hecho una persona culta, cada viaje al menos duraba una semana y al regresar me regalaba el libro que para ese entonces había terminado de leer, yo no leía tan resuelto como el y se me juntaban los libros, era un buen tipo que vivía cerca de mi casa, algunas veces me había invitado a comer a la suya y su esposa no era muy amable conmigo, sus hijos le querían mucho pero sobretodo lo extrañaban. Sus platicas se prolongaban muchas veces y provocaba que cerrara tarde el negocio, el me daba un aventón en su camión a mi casa, al subirme a su camión pensaba que viajaría junto con el y sus aventuras… un día mi amigo ya no regreso., pensé que se había mudado a otra ciudad sin despedirse, pasaron los meses y una mañana escuche la bocina inconfundible de su camión. ¡Hey chámaco! Que haces ponte a trabajar- que paso don Felipe donde se había metido usted- por ahí ja ja ja, que tal como estas, - bien señor- ¡que! ¿Regreso por ti al rato?, te invito a comer,- ese día fue uno de los primeros en mi vida que probé el alcohol, don Felipe me contó que ya no regresaría a su casa pues se había separado de su esposa al descubrir que ella lo engañaba con otro. – ¡que paso angelito! te invito a mi próximo viaje voy a Tijuana- - pero no se, tengo que trabajar en el expendio de petróleo…cuantos minutos habrían pasado al recordar estos momentos de mi vida, yo tenia en ese entonces 18 años y don Felipe como 40. Ahora yo tenía 40 y estaba en la misma situación que mi viejo amigo. No se si será lo mismo pensar que recordar y yo pensaba en ese momento de mi existencia, don Felipe y yo viajamos por casi toda la república mexicana el fue el testigo de mi boda y siempre me decía que había cometido un error al casarme precipitadamente, mas de veinte largos años lo deje de ver y sólo en una ocasión al preguntarle a su esposa por el, me dijo ¡que no sabes, ya se murió! Nunca le creí pero mi vida ya era otra y me olvide de mi amigo. El tiempo que duro mi matrimonio yo recibía en ocasiones alguna postal de el, contándome donde andaba e invitándome a viajar, sólo una vez estando yo casado lo acompañe a Guatemala y fue la ultima vez que lo vi, ese viaje fue extraordinario conocimos todo el sur de México y parte de Centroamérica, las noches eran interminables en compañía de sus historias. Después el silencio me hizo pensar que era cierto lo de su muerte, no supe nada de el hasta hace pocos días en que una carta llego con el remitente de la república del Salvador, me decía que se había casado hacia algunos años y que vivía en el estado de Chiapas  México y que tenia que viajar dentro de poco al saber que su primera esposa había muerto…

 fragmento del libro de mi vida
smycke7